12.6.05

Te alabamos Señor

Domingo, día sagrado. Apartado en la semana para la contemplación del alma y la prosecución de actividades que eleven el espíritu.
Consecuentes con esa filosofía, hoy domingo, llevamos a cabo con el marido nuestra actividad elevadora del espíritu. Salimos rumbo a Meca... la meca de mi marido, vale aclarar.

Queda en la parte Oeste de Bélgica.
(DETOUR:)Para manejar en Bélgica se debe tener, como requisito indispensable, no solo la licencia de conducir -como en todos lados- sino tambien capacidades adivinatorias de carteles de tráfico. Los belgas parece que no entienden todavía que los carteles explicando las salidas de una rotonda o autopista hay que ponerlas ANTES de la rotonda o salida de autopista sino uno ve el cartel cuando ya se pasó. Lo cual implica seguir como 50km mas hasta que puedas pegar la vuelta.
No es gracioso.
Yo sé que ellos se piensan que sí, pero no.
Cuando uno cuenta con la bola de cristal y puede adivinar, le pifia solo un par de veces y llega, mas o menos contento a destino.
No fue nuestro caso.
Pero llegamos.
Al marido no lo contenía nadie.
Le brillaban los ojos. Le caía baba por la comisura de su boca.
Sudaba.
Le temblaban las manos y decía boludeces (mas!) que le salen solo cuando esta ansioso.
Aparte de repetirme 25millones de veces que bien que nos ibamos a sentir una vez que completaramos nuestra misión.

...Y llegamos a la meca...que no podría ser otro lugar que la
Abadía de Santo Sixtus de Westvleteren donde 30 monjes trapistas viven en "seclusión una vida tranquila, modesta y en la búsqueda de Dios" (que parece lo perdieron). Desde el año 803DC en ese lugar, consecutivamente 3 distintas Abadías han sido construídas y pobladas por distintos especímenes de la familia catolicus romanus. Hoy viven estos monjes trapistas.

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En la Saint-Sixtus Abdij van Westvleteren, estos monjes se dedican a buscar a dios en el fondo de los barriles de madera donde ponen a fermentar la cerveza que hacen ellos y que solo se vende a particulares y en la Abadía.

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Gentes de todos colores y nacionalidades hacen su peregrinación hasta esa Abadía perdida en Westvleteren donde, dicen los que saben (o sea, borrachos viejos pero con título de borrachos), se manufactura la mejor cerveza del mundo.

El marido arrasó y (las conte con mis deditos) comprose 40 cervezas de los distintos tipos. Es cerveza sagrada... dice él.

Hemos de elevar nuestro espíritu pues porque la cervecita ésta trae, dependiendo el tipo, una graduación alcohólica de 5,8% a 10,2%.

TUC! sentís en la nuca

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