29.3.05

Sur

Mientras que acomodo mi bolsito en el compartimento sobre mi asiento en el destartalado cole que recorre la ruta 22 desde Viedma a Neuquen capital (parando en todas); siento que me tocan la espalda. Al darme vuelta, un chica, mi edad quizás, con un bebé en brazos y dos que tironean de su mano a medio metro del suelo. Y ella, con su cara curtida por el viento patagónico y la maternidad temprana, me dice: "me lee que número de asiento tengo?".
Y le leo. Y le indico. Porque sino, como lo va a encontrar.
Y me vuelvo a mi asiento.
Sientiendome triunfante porque ayude.
Siempre me da el egoísmo después de un acto altruista. Lo cual negativiza o anula el efecto altruista de mi acción anterior.
5 minutos después, un Sr. Unos 50 años. Bombacha y alpargata. El mismo rostro curtido. Y con esos ojos rojos de tragar tanta tierra seca de la Patagonia, me dice: "me lee a mi el número del asiento? Y al pibe mio tambien."
Y me pase, con mi hermana, haciendo de guía numérica del cole destartalado que cruza la provincia analfabeta.
Y me sentí culpable de tener una vida con tantas ventajas.

El país que empieza despues del Río colorado, limite norte de la Patagonia, no tuvo problemas con el corralito. Aunque eso haya sido un hito aparentemente decisivo para TODO el país.
El único corral que importa aca, es el que se puede sostener parado, esos palos chuecos de sol y viento sobre una tierra austera y seca.
Se que muchos de ustedes son porteños o viven en el gran BA. No es su culpa (chistin). Uno no elige donde nace.
Haganse un favor, y cuando la rave pare... y salgan a mochilear por los lagos... salgan del camino y visiten la Argentina que nadie mira.

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